La blefaroplastia o cirugía estética de los parpados está destinada a corregir las alteraciones producidas por el paso del tiempo. Contrariamente a las antiguas creencias, que postulaban cirugías extremadamente resectivas, hoy tendemos al reposicionamiento de estructuras para dar un aspecto armónico y rejuvenecido. Tratamos el exceso de piel y bolsas elaborando un protocolo quirúrgico adaptado a la necesidad de cada paciente para evitar los estigmas de “parpados operados” como “ojo redondo”, “hundido” o “mirada sorprendida”.
En el parpado superior, ubicamos la incisión en el pliegue del mismo, ocultándola. Se quita una cantidad conservadora de piel, se tratan las bolsas y se preserva el musculo orbicular de los parpados responsable del cierre de los ojos. En casos de descenso marcado de las cejas se trata esta condición y se ajusta el exceso de piel a extirpar del parpado superior.
En el parpado inferior, frecuentemente empleamos la técnica transconjuntival sin cicatrices externas para tratar los tejidos, acortar visiblemente el parpado inferior y rejuvenecer la mirada.
Antes de toda cirugía de parpados se realiza un minucioso examen oftalmológico. En el postoperatorio, el paciente habitualmente puede retomar sus actividades al cabo de 72 horas.